Curiosidades del Lémur Catta: una especie en peligro de extinción
Seguro que alguna vez has oído hablar del lémur catta, pero tal vez no sepas mucho sobre esta especie. Son super sociales y divertidos, y en Mundomar roban todas las
L. catta
Primates
Lemuridae
Amenazada (en peligro crítico)
El lémur Catta o lémur de cola anillada es la única especie dentro del género monotípico Lemur y, al igual que otros lémures, se encuentra únicamente en Madagascar. Se le conoce localmente como hira o maky y habita en los bosques de ribera y matorral espinoso de las regiones del sur de la Isla.
Es un animal omnívoro y el más terrestre de los lémures; de comportamiento diurno se mantiene activo exclusivamente durante las horas con luz del día. Pasa un 33% de su tiempo en tierra, lo que lo convierte en el más terrestre de todos los lémures. Es una especie muy social que vive en grupos de hasta treinta individuos en los que se manifiesta el dominio social de las hembras, comportamiento común entre los lémures. Para conservar el calor y reforzar los vínculos sociales los grupos se acurrucan juntos, formando una «bola de lémures»; les gusta tomar el sol sentándose erguidos con la parte ventral, de piel blanca y más delgada, hacia el Sol.
El tamaño de los grupos, su área de acción y la densidad de población varía en función de la región y de la disponibilidad de comida. Los grupos por lo general están compuestos por entre seis y veinticinco individuos, aunque se han registrado grupos con más de treinta y la media es de trece a quince individuos. Los lémures catta son reconocidos por su pelaje gris y blanco, con una cola anillada en blanco y negro que utilizan para comunicarse y equilibrarse. En la naturaleza, los lémures catta pueden vivir hasta 16-19 años, mientras que en cautiverio pueden alcanzar los 25 años.
Además, los lémures catta tienen una estructura corporal robusta y adaptada para la vida tanto en el suelo como en los árboles. Sus manos y pies son altamente prensiles, lo que les permite trepar con facilidad y manipular objetos. La cola anillada, además de ser un distintivo visual, juega un papel crucial en el equilibrio mientras se mueven a través de su entorno arbóreo y terrestre. Esta especie muestra un notable dimorfismo sexual en comportamiento más que en tamaño, con las hembras dominando socialmente a los machos en todas las situaciones, incluyendo el acceso a los recursos alimentarios.
Su ámbito territorial o área de acción varía entre 6 y 35 hectáreas. Los grupos pueden mantener un territorio, pero es habitual la superposición de los mismos. Cuando se producen encuentros en la naturaleza generalmente son hostiles. Un grupo ocupará por lo general la misma zona de su territorio durante tres o cuatro días antes de trasladarse. Como en el caso de la mayor parte de lémures, las hembras dominan socialmente a los machos en todas las situaciones, incluso en la prioridad a la hora de alimentarse. El dominio se hace valer embistiendo, persiguiendo, abofeteando, agarrando y mordiendo.
Las hembras jóvenes no siempre heredan el rango de su madre y los machos jóvenes abandonan el grupo entre los tres y los cinco años de edad. Al igual que con otros lémures, el sentido del olfato es particularmente importante para ellos y marca el territorio con sus glándulas odoríferas. Los machos tienen un comportamiento único de marcaje oloroso denominado «marcado de espolón» y participan en una especie de «luchas apestosas» frotándose la cola con sus glándulas de olor de las muñecas y luego azotándola hacia los machos oponentes.
Su dieta incluye frutas, hojas, flores, cortezas y ocasionalmente insectos y pequeños vertebrados. La disponibilidad de estos alimentos varía estacionalmente, lo que influye en sus patrones de alimentación. Se encuentran principalmente en los bosques secos caducifolios y las selvas galería del sur y suroeste de Madagascar. También pueden vivir en áreas rocosas y en los bosques de espinas. Durante la estación seca, los lémures catta dependen en gran medida de las hojas y cortezas de árboles resistentes a la sequía, mostrando una notable adaptabilidad dietética.
Los lémures catta también exhiben un comportamiento de descanso en grupo conocido como «roosting», donde se agrupan en grandes números en árboles seleccionados para pasar la noche. Este comportamiento no solo proporciona seguridad en números, sino que también facilita la regulación térmica, ya que los lémures pueden mantener el calor corporal al acurrucarse juntos.
Es uno de los primates más vocales utilizando numerosas vocalizaciones como llamadas de cohesión de grupo y de alarma. Además de vocalizaciones, utilizan posturas corporales, expresiones faciales y señales olfativas para comunicarse. Se ha demostrado experimentalmente que estos lémures a pesar de no contar con un cerebro de gran tamaño (en comparación con los primates simiiformes) pueden organizar secuencias, comprender operaciones aritméticas básicas y seleccionar preferentemente instrumentos basándose en sus propiedades funcionales.
Los lémures catta muestran comportamientos complejos como el cuidado mutuo del pelaje, que refuerza los vínculos sociales dentro del grupo. Son dispersores de semillas esenciales en su ecosistema, contribuyendo a la regeneración de los bosques de Madagascar. Además, participan en una serie de rituales sociales, como el «marcaje de espolón» y las «luchas apestosas», que no solo ayudan a establecer jerarquías dentro del grupo, sino que también sirven como una forma de competencia sin contacto físico severo.
Los lémures catta son conocidos por sus «baños de sol», donde se sientan erguidos con sus brazos extendidos para maximizar la exposición al sol. Este comportamiento no solo ayuda a regular su temperatura corporal, sino que también puede ser una forma de obtener vitamina D a través de la exposición solar. En cautiverio, los lémures catta han demostrado ser capaces de aprender a usar herramientas simples para obtener alimentos, lo que subraya su capacidad cognitiva y adaptabilidad.
Además, la conservación de los lémures catta es crucial, ya que su población ha disminuido significativamente debido a la deforestación y la caza. Los programas de conservación se centran en la protección de su hábitat natural y en la educación de las comunidades locales sobre la importancia de estos primates para el ecosistema. La investigación en comportamiento y ecología de los lémures catta también proporciona información valiosa para su conservación y manejo en entornos tanto naturales como controlados.
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