Son animales que se sienten más a gusto en el agua que en tierra firme. Poseen un tupido pelaje impermeable que les permite conservar el calor de su cuerpo. Son grandes nadadoras y pueden cerrar sus fosas nasales bajo el agua, pudiendo permanecer bajo el agua hasta 6 minutos sin salir a la superficie para respirar. Ejecutan un grácil movimiento de patas y cola de arriba a abajo, cuando se desplazan por el agua a gran velocidad. Sólo utilizan sus miembros delanteros cuando nadan lentamente. En el agua pueden alcanzar velocidades de hasta 12 km/h. Además, su cuerpo alargado y flexible, junto con sus patas palmeadas, les proporciona una notable agilidad y maniobrabilidad bajo el agua, lo que les permite capturar presas y evadir depredadores con eficiencia. Las nutrias también tienen bigotes sensibles que les ayudan a detectar el movimiento de las presas en el agua turbia, y sus garras semirrecogibles les permiten manipular con destreza sus alimentos y herramientas.
El cuerpo de las nutrias es hidrodinámico, lo que reduce la resistencia al agua durante la natación rápida. Tienen una capa de grasa subcutánea que también ayuda a mantener su temperatura corporal en aguas frías. Sus ojos y orejas son pequeños y están adaptados para reducir la entrada de agua mientras nadan. Además, la forma de su cola, gruesa en la base y más delgada hacia el extremo, les proporciona un excelente control direccional y ayuda a propulsarse.
La piel de las nutrias está compuesta por dos capas: una capa interna de pelo suave y denso que proporciona aislamiento térmico, y una capa externa de pelos más largos y gruesos que actúan como una barrera impermeable. Esto no solo les mantiene calientes en aguas frías, sino que también les permite secarse rápidamente cuando están en tierra.
Se alimentan exclusivamente de peces que cazan en grupos de dos a cinco individuos. Viven en grupos familiares usualmente los reproductores, los cachorros y los casi adultos. Estos últimos colaboran en la crianza de los cachorros pero no se reproducen hasta abandonar el grupo familiar. Los conquistadores españoles las apodaron «lobos de río». Se le atribuye a este animal el uso de herramientas pues toman una piedra del fondo del mar y nadando boca arriba la colocan sobre su pecho y golpean los mejillones hasta partirlos siendo, además de los primates, los únicos mamíferos que utilizan algún tipo de «herramienta». Es un animal en peligro de extinción por lo que en muchos lugares su caza está prohibida. Su depredador natural es la orca. Habitan en ríos, lagos y áreas costeras, prefiriendo cuerpos de agua con abundante vegetación ribereña que les proporciona refugio y acceso a sus presas. También construyen madrigueras cerca del agua, con entradas sumergidas para mayor protección. Además, las nutrias crean zonas de «juego» en el barro o la nieve, que utilizan tanto para el ocio como para mantener sus habilidades motoras y sociales.
El uso de herramientas por parte de las nutrias no se limita solo a las piedras. También pueden utilizar conchas y otros objetos duros para abrir los caparazones de sus presas. Este comportamiento indica un alto nivel de inteligencia y adaptabilidad. Las nutrias también tienen un sistema social complejo, donde los jóvenes no reproductores ayudan a cuidar a los cachorros, lo que aumenta las tasas de supervivencia.
Las nutrias son territoriales y marcan sus áreas con glándulas odoríferas situadas cerca de su cola. Utilizan estas marcas para comunicarse con otros miembros de su especie y evitar conflictos. Los territorios suelen incluir varios kilómetros de ríos o costas, y las nutrias los patrullan regularmente para mantener su dominio.
Las nutrias son principalmente crepusculares, lo que significa que están más activas al amanecer y al anochecer. Sin embargo, pueden adaptarse a ser más diurnas o nocturnas dependiendo de la disponibilidad de alimentos y la presencia de depredadores. Su dieta no se limita solo a peces; también consumen anfibios, crustáceos y ocasionalmente pequeños mamíferos y aves acuáticas.
Las nutrias tienen su celo en cualquier época del año; sin embargo, su reproducción es lenta e irregular aunque se observan mayor cantidad de partos durante la primavera. De cada uno de ellos pueden resultar dos o tres crías que nacen ciegas y sin dientes. Su período de lactancia es de unos dos meses, abandonando el territorio materno después de aproximadamente un año, momento en el que comienzan a vagar en busca de su propio territorio, siendo efectivo aproximadamente después de dos años de haber nacido. Además, las nutrias son conocidas por sus vocalizaciones variadas, que incluyen silbidos, gruñidos y chillidos utilizados para comunicarse con los miembros de su grupo. Son también muy juguetonas, a menudo observadas deslizando por toboganes naturales de barro o nieve, lo que les proporciona ejercicio y fortalece sus vínculos sociales. Las nutrias también son capaces de utilizar sus habilidades de construcción para crear estructuras simples como represas y túneles, lo que les ayuda a gestionar su entorno y aumentar su seguridad frente a depredadores. Además, su dieta puede variar ligeramente según la disponibilidad estacional de presas, adaptándose a cambios en el ecosistema.
La interacción social es crucial para las nutrias, y pasan mucho tiempo acicalándose mutuamente, lo que no solo refuerza los lazos sociales sino que también mantiene su pelaje en buen estado. Durante los juegos y el acicalamiento, las nutrias aprenden habilidades importantes para la caza y la supervivencia.
Las crías de nutria comienzan a nadar alrededor de las ocho semanas de edad, bajo la supervisión de la madre. Esta les enseña a nadar, a bucear y a buscar alimento. Las nutrias jóvenes son curiosas y exploradoras, y a menudo se las ve investigando su entorno y jugando con objetos encontrados en el agua y en la orilla.
Las nutrias también tienen una notable capacidad de memoria y pueden recordar la ubicación de sus sitios de alimentación y refugios durante largos períodos. Este comportamiento les permite moverse eficientemente por su territorio y maximizar su éxito en la búsqueda de alimentos. En cuanto a su estado de conservación, las nutrias enfrentan múltiples amenazas, incluyendo la contaminación del agua, la pérdida de hábitat y la caza furtiva. Los esfuerzos de conservación incluyen la protección de sus hábitats naturales, la creación de reservas y programas de cría en cautiverio para asegurar la supervivencia de la especie.