14 años de delfinoterapia
2014 ha sido un año importante para la Fundación Aqualandia-Mundomar ya que se han cumplido 10 años desde su nacimiento. A lo largo de todo este tiempo, la Fundación ha puesto en marcha multitud de proyectos de concienciación ambiental así como proyectos de conservación y prevención de la naturaleza sobre todo vinculada a la Biología Marina. Su implicación ha sido tal que desde el año 2012, Mundomar ha dado un paso más y ostenta la secretaría de EAAM repercutiendo su actividad en dicha asociación de manera muy positiva para la Fundación Aqualandia-Mundomar. Mundomar, también es miembro de otras asociaciones vinculadas a la defensa del medio ambiente como AIZA.
Sin embargo, si por algo destaca especialmente la Fundación Aqualandia-Mundomar es por realizar una actividad que no tiene cabida en otros centros de Europa y que sólo a través de dicha Fundación se realiza de manera altruista: la Delfinoterapia. Esta terapia asistida con delfines se realiza en las instalaciones de Mundomar con la propia familia de delfines del complejo de naturaleza. Cada año, cientos de niños de todo el mundo junto a sus respectivas familias se desplazan hasta Benidorm para poner en valor su caso dentro de una piscina y junto a un “terapeuta” muy especial el delfín. El pasado año, fueron 231 los pequeños con patologías tan diversas como autismo, espina bífida, Síndrome de Down o Parálisis Cerebral los que pudieron beneficiarse de esta actividad. Con un total de 6 sesiones semanales, cada uno de estos niños es evaluado por los terapeutas desde un punto de vista cognitivo y físico haciendo partícipes de ello, en todo momento, a las familias.
Para Mundomar, la delfinoterapia es una actividad consolidada que se realiza desde hace más de 10 –desde el mes de mayo hasta octubre- pero que jamás ha adquirido un carácter rutinario ya que cada caso, es distinto y es recordado como tal. Cerca de 3000 niños han pasado por las piscinas del complejo de naturaleza y cada uno de ellos ha dejado huella:
Es el caso de los padres de Manuel. Ellos nunca se habían planteado tener mascotas en casa. Sin embargo, tras vivir la experiencia de la terapia con delfines pudieron darse cuenta de la importancia del efecto social tan positivo que ejercen los animales sobre los más pequeños y más cuando éstos padecen determinadas patologías. Hoy Manuel, tienen un nuevo amigo que aunque no es marino sí es mamífero y de raza Labrador Retriever.
Para los padres de Pablo, un pequeño con una enfermedad rara, el que su hijo sonría es toda una experiencia y se sienten felices de haber compartido con él la terapia con delfines.
Y es que los niños son los grandes protagonistas de las historias que aguarda la Fundación Aqualandia-Mundomar a través de la delfinoterapia pero también son protagonistas de ello sus familias. El apoyo incondicional que reciben durante las sesiones en Mundomar, el hecho de entrar en contacto con contacto con otras familias que viven similar realidad o el gesto de ver a sus hijos disfrutar ajenos a todo y como lo haría cualquier niño sano es un objetivo cumplido.
Porque es cierto que, a nivel científico, esta terapia se plantea retos como la mejora de la concentración, la atención o el lenguaje así como mejoras conductuales. Sin embargo, el objetivo esperanzador y la estimulación mediante gestos que fomenten la positividad es el motor de toda esta actividad.
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