Los leones marinos de la Patagonia (Otaria flavescens) son de color negro en su juventud y tornan a color pardo oscuro cuando alcanzan la edad adulta. Los machos adultos habitualmente pesan unos 300 kg, el doble que las hembras, y poseen una capa de pelo castaño rojizo sobre el cuello. Esta «melena» es la causa de que sean llamados «leones marinos». Viven en colonias de unos 15 individuos formadas por el macho, su harén y unos pocos ejemplares jóvenes. Viven entre 25 y 50 años. Su comida consta de peces, pulpos, calamares, pingüinos y otras aves marinas, comiendo entre 15 y 25 kg de alimento por día. Son presa de las orcas.

Tienen un cuerpo aerodinámico con una capa de grasa debajo de la piel, para proporcionar calor y flotabilidad. Sus ojos grandes les ayudan a compensar los niveles bajos de la luz en el ambiente subacuático, mientras que sus bigotes incrementan su sentido del tacto. Las ventanas de su nariz se cierran automáticamente una vez tocan el agua, evitando la entrada de agua y permitiéndoles bucear con eficacia. Sus aletas delanteras largas rotan hacia fuera para un mejor movimiento en tierra y las propulsan hacia adelante en el agua, donde permanecen el mayor tiempo posible. Estas adaptaciones físicas les permiten ser ágiles y eficientes tanto en tierra como en el agua.

Los leones marinos de la Patagonia tienen un pelaje denso que les proporciona aislamiento térmico y protección contra el frío. Durante la muda anual, cambian su pelaje para mantener su impermeabilidad y capacidad de aislamiento. Los machos desarrollan su característica melena al alcanzar la madurez sexual, lo que les confiere una apariencia imponente y les ayuda a intimidar a otros machos durante la competencia por las hembras. Los juveniles tienen un pelaje más suave y corto, que se vuelve más grueso y resistente con la edad.

Habitan las costas sudamericanas, tanto en el Atlántico como en el Pacífico. Se halla en las costas de las Islas Galápagos (Ecuador), Perú, Chile, Argentina (incluyendo las islas Malvinas), Uruguay y Brasil (al sur de Recife dos Tôrres). Ocasionalmente se han observado poblaciones divagantes en Colombia y Panamá. Anteriormente también se les encontraba en la Isla de Lobos (Fuerteventura) antes de que los pescadores eliminaran la especie ya que pensaban que su voracidad reducía los recursos marinos de la zona.

Son muy sociables y se los encuentra en grupos numerosos, en acantilados, costas y aún en los muelles y boyas de navegación. Los machos son territoriales y tienen harenes de unas quince hembras cada uno. Usualmente se aparean entre mayo y junio y las hembras tienen una cría que nace en tierra o agua a los 12 meses de gestación. Son los únicos mamíferos cuya leche no contiene lactosa. Durante la temporada de reproducción, los machos defienden agresivamente sus territorios y harenes, utilizando vocalizaciones y exhibiciones físicas para mantener alejados a otros machos.

En su dieta, los leones marinos de la Patagonia son oportunistas y su alimentación puede variar dependiendo de la disponibilidad de presas. Además de peces y calamares, también consumen ocasionalmente crustáceos y otros invertebrados marinos. La capacidad para bucear a grandes profundidades les permite explotar recursos alimentarios que otras especies no pueden alcanzar. Pueden realizar inmersiones de hasta 200 metros de profundidad y permanecer bajo el agua por varios minutos, utilizando sus reservas de oxígeno de manera eficiente.

El ser humano los cazaba para obtener carne y aceite, pero la principal razón para perseguirlos era por la piel de las crías recién nacidas, llamadas «popos» (del inglés puppy). Son conocidos por su inteligencia y capacidad de aprendizaje, lo que les permite realizar trucos y seguir comandos en cautiverio. Frecuentemente se les observa en puertos y marinas, donde han aprendido a interactuar con los humanos y a buscar alimentos.

Existen diferentes subespecies de leones marinos en diferentes regiones, adaptadas a las condiciones locales específicas. En la naturaleza, los leones marinos pueden vivir entre 15 y 20 años, mientras que en cautiverio pueden alcanzar hasta 30 años debido a la ausencia de depredadores y disponibilidad constante de alimento. Sus principales depredadores son las orcas y los tiburones blancos. Los cachorros también pueden ser vulnerables a aves rapaces y otros mamíferos marinos.

Los leones marinos de la Patagonia también tienen una estructura social compleja, con jerarquías bien definidas dentro de las colonias. Los machos dominantes establecen y defienden sus territorios de apareamiento mediante comportamientos agresivos y demostraciones de fuerza. Las hembras, por otro lado, forman grupos más pequeños y a menudo cooperan en la crianza de sus crías, lo que aumenta la tasa de supervivencia de los cachorros.

Durante la muda, los leones marinos se agrupan en áreas específicas donde pueden cambiar su pelaje de manera segura. Este proceso es vital para mantener la calidad de su pelaje, que les proporciona protección térmica y flotabilidad. Además, los leones marinos muestran un comportamiento curioso y juguetón, especialmente los juveniles, que a menudo se involucran en juegos y actividades que fortalecen sus habilidades de caza y su cohesión social.